La Navidad también era celebrada por el pueblo mexica quienes conmemoraban el nacimiento del niño sol Huitzilopochtli, deidad de la guerra, que el 21 de diciembre concluía su recorrido por la bóveda celeste para nacer nuevamente, concebido milagrosamente por Coatlicue, mujer serpiente deidad de la tierra y madre de los mexicas, con este acontecimiento se cumplía un ciclo más en el calendario del Tonalpohualli.
Huitzilopochtli resurgía en el Solsticio de Invierno, 21 de diciembre, como un Huitzilin, colibrí, la cosmovisión azteca decía que esto ocurría en Malinalco, Estado de México, donde fue construido un templo llamado Cuauhpulli, para la iniciación de los guerreros águila, para formar parte de las tropas de elite más aguerridas y preparadas bajo arduas pruebas.
Tras descender al inframundo, nacía el niñito precioso, Xiuhpiltontli, entre el 20 y 23 de diciembre, en el punto más a la izquierda del horizonte, y a partir de ahí, comenzaba de nuevo su ascenso, su “vuelo” ascendente sobre el horizonte hacia el norte, también llamaron al sol Cuauhtlehuanitl, que quiere decir, águila que asciende.
Las fiestas de adviento comenzaban desde el 17 de diciembre hasta el 5 de enero y eran conocidas como el Panquetzaliztli, la última veintena del calendario mexica, constituido por 260 días, repartidos en trece meses de veinte días cada uno. En la conquista los misioneros católicos lo convirtieron en las posadas.
Los mexicas elaboraban una imagen de Huitzilopochtli hecha de tzoalli, un compuesto de huautli y maíz tostado amasado con miel de maguey. Esta masa era especialmente elaborada por unas jóvenes vírgenes llamadas ipilhuan Huitzilopochtli, que quiere decir: “las hijas de Huitzilopochtli”.

La imagen era ataviada por los tlamacazqueh (sacerdotes) y las doncellas, adornadas ellas con guirnaldas de maíz tostado. Sacaban la imagen al patio del teocalli (templo) sobre unas andas.
En el primer día del Panquetzaliztli se realizaba una carrera encabezada por un corredor muy rápido que cargaba en los brazos esta figura de Huitzilopochtli y que llevaba en la cabeza una bandera (pantli) de color azul (texuhtli) con el que se le identificaba a esta deidad.
Dicha carrera se iniciaba en la Gran Casa del Sol (Huey Teocalli) ubicado en el TemploMayor y llegaba hasta Tacubaya, Coyoacán (Coyohuacan) y Churubusco (Huitzilpochco). Esta peregrinación era realizada también por una multitud que se había preparado con ayuno y que corría detrás del portador con esta imagen, ¿se les hace conocida esta escena?
El nombre del último mes de año, lleva el nombre de una de sus fiestas, en náhuatl: Pānquetzaliztli significa ‘levantamiento de banderas’. Para esta fecha los mexicas acostumbraban colocar banderitas (pantli) de papel amate a todos los árboles frutales y plantas comestibles como zapotes, capulines, aguacates, guayabos, nopales, magueyes, entre otros.
Cuando ocurría esta celebración se sahumaban todos los árboles ofrendándoles tortillas (tlaxcalli) y pulque (meoctli) como signo de agradecimiento por sus frutos, que sirvieron para alimentarse por todo el año. Asemejándose a la costumbre de las tradicionales piñatas, la colación y el ponche.
Para el mexica el advenimiento de su redentor era una fiesta pública y privada en la noche de Navidad y al día siguiente había en todas las ‘Calli’ casas se daba a los invitados suculenta comida y unas estatuillas o ídolos pequeños hechos de maíz azul, tostado y molido, mezclado con miel negra de maguey”.
En lo público, Fray Toribio de Motolinía narró que para las fiestas de Navidad los mexicas ataviaban las iglesias con flores y hierbas; esparcían juncia en el piso, ademas entraban bailando y cantando con un ramo de flores en la mano.
El último día de esta veintena, Panquetzaliztli, desde que nacía el sol por el oriente, hasta que este se pusiera por el poniente, todo el pueblo comía el tzoalli de la imagen de Huitzilopochtli, y nadie podía beber agua. Este ayuno ritual era conocido como netehuatzaliztli “secamiento de la gente”.
Al termino del día se llevaba a cabo una danza, y había una en especial hecha sólo por los jóvenes, hombres y mujeres que habían servido en el teocalli (templo) por un año, y a quienes les era permitido realizar su “amarre de tilma” lo que en español quiere decir casarse.
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