Tlazoltéotl formaba parte del grupo de deidades alrededor del concepto de diosa madre, relacionada a la fertilidad pero en el sentido del renacimiento, de limpiar las impurezas del alma y declararnos confesos ante ella.
Esta era una deidad con un concepto complejo para nuestros días, sin embargo en el culto mexica tenía un alto grado de importancia por ser la representación y vía a la expiación de los pecados más carnales.
El origen de su culto proviene de la zona de la Huasteca, su vestimenta rojinegra con media lunas pertenecía a esta región como el dios del pulque Patecatl, dios de la medicina y de la embriaguez.

Aunque los mexicas retomaron el concepto en esta creencia consideraban a los habitantes de la Huasteca como una comunidad que tendía hacia los excesos y la desinhibición, incluso en el Códice Florentino se menciona que acostumbraban andar desnudos, esto debido a que un señor de la región llamado Cuextecatl bebió cinco tazas de pulque y se arrancó el maxtlatl o taparrabos, volviendo costumbre el andar desnudo entre sus súbditos.
Tlazolteotl, la diosa de la pasión y la lujuria
En la cosmovisión antigua se creía que los favores que una deidad era capaz de otorgar también podía retirarlos, esto hacía que a los dioses se les adorara pero también se les temiera.
Por consiguiente nuestra diosa de las pasiones carnales y lujuria, también era capaz de purificar al individuo y hacer una expiación de estas acciones, ya que la pasión de amor desbordada podía provocar adulterio, que era visto como una transgresión, una suciedad y la penalización era cortar las narices a los amantes.

Otras de sus advocaciones eran para el hilado y el tejido, de la fertilidad de la tierra, los partos, de la adivinación y de la salud, dado a que también ayudaba a curar a los que caían enfermos a causa de sus amores mal encaminados. En este sentido tiene similitudes con la diosa maya de la luna Ixchel.
La comedora de inmundicias
Con el nombre de Tlaelcuani también se le conocía a la dios que quería decir “comedora de inmundicias”, en esta advocación era la encargada de devorar la suciedad y fecundar la tierra.
Este concepto estaba relacionado al uso de fertilizantes que en ese entonces se producían de manera natural con desperdicios de comida, materiales orgánicos o «basura» que serviría para alimentar a la tierra y producir buenas cosechas.
Al trasladar esta idea al plano humano hacía referencia a otorgar el favor de purificar impurezas de la persona que había cometido alguna falta relacionada al amor de pareja.
¿Qué significa Tlazoltéotl?
El nombre viene de la palabra tlazolli, que quiere decir basura. Sin embargo, también se refiere a algo
que altera el orden o que ha perdido su orden o estructura y en consecuencia puede traer enfermedad.

¿Cómo distinguir a Tlazoltéotl en los códices?
Estas son las características físicas y visuales con las que podemos distinguir a esta deidad en las representaciones de los diferentes códices.
El primero es una Nariguera en forma de media luna, también conocida como yacametztli, después tenemos un tocado de Malacatl, algodón sin hilar, también pintura negra de hule alrededor de la boca, y en ocasiones también cubre la nariz. Por último un círculo negro en la mejilla (por lo general se llega a ver cuando la diosa no porta el yacametztli).
En la religión mexica las faltas podían confesarse ante una deidad, en el caso de las transgresiones sociales relacionadas al plano de las pasiones y amor carnal, la diosa madre tenía la facultad de limpiar y purificar a la persona.
Mientras que para otro tipo transgresiones como los pecados llamados por los cronistas, era ante un sacerdote del señor Tezcatlipoca frente a quien se confesaban y rendían culto para recibir el indulto.
Dualidad sagrada en la religión mexica
En Tlazoltéotl también tenemos presente la dualidad sagrada de las deidades que otorgaban pero también quitaban.
En el caso del adulterio que la diosa provocaba mediante el amor apasionado y carnal, lo perdonaba pero había una penitencia de por medio. Dede el ayuno durante cuatro días a partir de la fiesta en honor de las diosas de la carnalidad o del día que descendían las Cihuateteo, “divinidades femeninas”, que eran las mujeres muertas en el primer parto, y que bajaban en determinados días a sus adoratorios en las encrucijadas de los caminos; allí los infractores debían depositar vestidos de papel y ofrendas.
Después del acto del ayuno debían perforarse la lengua con una espina de maguey y pasar mimbres por la herida para impregnarlos con sangre, la cual debían salpicar hacia atrás. Los sacerdotes que oían la confesión e imponían la penitencia eran aquellos que leían la fortuna de los recién nacidos en sus libros adivinatorios.

Tlazoltéotl, señora del Temazcal
El arte adivinatorio también era una de sus advocaciones, por esta razón la adoraban los sacerdotes y las adivinas que leían la suerte echando granos de maíz, los que ven cosas en el agua o por medio de cordeles.
Por otro lado la medicina también era la especialidad de la diosa madre y de las hierbas medicinales; de esta manera era muy socorrida por los médicos que hacen sangrías, lavados, purgan, o que quitan el mal a la gente.
A este aspecto se relacionan las parturientas y embarazadas por ser una divinidad lunar y de la fertilidad propiciaba los buenos partos y protegía a las Cihuateteo, que formaban su séquito (mujeres que murieron durante el parto).
Entonces como protectora de todas parteras desde las que atienden los partos, acomodan al niño y de las que hacen abortar utilizaban el baño de vapor en el temazcal como algo muy importante; en la entrada se colocaba su efigie, por lo tanto, los dueños de los temazcales la adoraban.
Tlazoltéotl también era llamada la abuela del temazcal, como la gran paridora, la anciana madre de la tierra.