El hallazgo de lo que los Mayas consideraban el inframundo, ocurrió recientemente. Se ha descubierto Sac Actún, la cueva submarina o cenote más grande del mudo y también el mayor sitio arqueológico sumergido del que se tiene registro hasta ahora. Esto ocurrió en la zona de Tulum, en la Riviera Maya de México.
El laberinto subterráneo hallado a principios de enero de este año, mide alrededor de 347 kilómetros, compuesto hasta ahora por dos sistemas que se consideraban independientes Sac Actún y de Dos Ojos.
Allí abajo cientos de objetos arqueológicos que dan indicios de los primeros pobladores de América, la cultura maya y de animales extintos fueron encontrados por los investigadores.
«Esta inmensa cueva representa el sitio arqueológico sumergido más importante del mundo«, asegura Guillermo de Anda, especialista del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y director de la investigación.
El tercer nivel del Universo Maya
A los inmensos hundimientos acuíferos u ojos de agua, que ocupaban un lugar central en la cosmogonía maya, se les conoce como cenotes (del maya dzonoot), explica De Anda.
Estos eran el inframundo y el tercer nivel del universo maya, después del cielo y la tierra, además no tenían una connotación negativa como el infierno del cristianismo.
«Es una región muy poderosa, mágica, donde reina lo sobrenatural, donde habitaban los dioses y las deidades, donde convive lo bueno y lo malo, y era también de donde surgían los hombres», relata el investigador.
Incluso los cenotes, eran en palabras de De Anda, el escenario principal del mito de la creación de esa civilización, que se extendió desde el sureste de México hasta Honduras y El Salvador.
De hecho los hallazgos de la investigación demuestran ese sentido místico que les conferían. Debido a que se encontraron restos de vasijas de cerámica maya, objetos que datan de la época de la Colonia y contextos funerarios o sacrificiales, que los investigadores aún analizan.
También encontraron restos humanos y de una gran cantidad de animales como elefantes, perezosos gigantes, osos, tigres y caballos antiguos.
«Es un túnel del tiempo, que nos trasporta en algunos casos a entre 12.000 y 10.000 años atrás», señala De Anda.
¿Cómo se ha conservado tantos años?
El difícil acceso a los cenotes ha ayudado a que los materiales arqueológicos se conserven en condiciones óptimas para su estudio, sin alteraciones ni desgaste por el contacto de los hombres.
Por otra parte 10 meses los investigadores del Gran Acuífero Maya han necesitado para descifrar la conexión entre ambos sistemas de cuevas inundadas, lo que han descrito como una “intensa” temporada de trabajo que comenzó en marzo del año pasado.
Algunos miembros del equipo, como el buzo jefe Robert Schmittner, han pasado más de 20 años recorriendo las galerías bajo el agua y 14 años buscando la conexión entre las grandes cavernas.
«Habíamos estado muy cerca antes, en alguna ocasión nos quedamos a un metro de conectar ambos sistemas», comenta Schmittner. «Era como recorrer las venas de un cuerpo, un laberinto de caminos que se unían y se separaban y teníamos que ser muy cuidadosos», agrega el buzo sobre los pasajes de agua, que en algunos casos solo tenían un metro de profundidad y en las partes más hondas alcanzan los 120 metros bajo tierra.
De esta forma el hallazgo del pasado 10 de enero del «nuevo» sistema que ha adoptado el nombre de Sac Actún (del maya cueva blanca), el más grande de los dos y el sistema Dos Ojos ha dejado de existir.
Incluso hasta hace un par de días el segundo mayor sistema de cenotes era Sac Actún, detrás de Ox Bel Ha que se traduce al español como tres caminos de agua, este último mide unos 270 kilómetros y también se encuentra en la Riviera Maya.
Por último, los investigadores continúan explorando la expansión de Sac Actún, que piensan podría estar conectado con otros dos grandes sistemas subterráneos.
Se calcula que tan solo en el norte de Quintana Roo, en la península de Yucatán, hay 1.400 kilómetros subterráneos de agua dulce, repartidos en 358 sistemas, de acuerdo con la encuesta espeleológica del sureño estado mexicano.
Ahora seguirá que el grupo de trabajo haga un análisis del agua subterránea y el estudio de la diversidad, así como la adopción de medidas que ayuden a conservar el sitio.
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