Los Tlalchichis son los perros representados en la mayoría de las figuras de cerámicas que provienen de mesoamérica, aunque el Xoloitzcuintle cuenta con gran fama por ser la raza canina originaria de México.
La investigación “Mitos e historias en los perros colimotes de cerámica prehispánica” de Jorge Fernando Zurroza Barrera señaló que se ha logrado identificar las diferencias entre estas dos razas de perros, concluyendo que las piezas representativas de estos animales expuestas en museos de la ciudad y en el extranjero son los Tlalchichis y no los Xoloitzcuintles.
La ciudad donde los perros Tlalchichis fueron representados con mayor frecuencia es Colima, donde se localiza una enorme escultura de dos perros que al parecer están jugando o bailando. Sin embargo se cree que uno de ellos le traspasa el conocimiento a otro más joven.
De no ser porque hay referencias históricas no sabríamos de su existencia, puesto que esta raza de perritos chaparritos se considera extinta.
Las diferencias entre el Xoloitzcuintle y el Tlachichi no sólo son físicas sino que implican toda una cosmovisión de los habitantes indígenas: “Los perros Xoloitzcuintles tienen patas largas y derechas, son altos y delgados; mientras que los Tlalchichis fueron animales pequeños, gorditos, sin pelo y con las patas curvas, como se ven en los museos”.
Los Tlachichis y su cosmovisión
Se cree que los Tlalchichis sustituían a los humanos en los sacrificios, debido a las evidencias encontradas en las tumbas de tiro, donde hallaron el cuerpo del perro de barro separado de la cabeza. Otras figuras, además, tenían cuerpo de perro con cabeza de humano, lo que podría ser una evidencia del intercambio de uno por otro.
Las figuras del estudio del catedrático de la Universidad de Colima, tienen dos mil años de antigüedad y fueron encontradas en las tumbas de tiro ubicadas en Comala, donde las características del suelo permiten que se conserven a pesar de las inclemencias del tiempo, además el barro extraído de esta región permite no usar las piezas en lozas o platos, pues es muy densa.
Cerca de 251 figuras de los perritos Tlalchichis que estaban destinados para acompañar a los muertos, se pueden apreciar en 22 museos de diez estados de la República Mexicana, ochenta más en Estados Unidos y 25 se ubican en once países de Europa.