Los cometas ocupan un lugar muy importante, entre los objetos celestes que fueron observados en Mesoamérica.
Llamados a los cometas citlalin popoca se creía que presagiaba muerte guerra o desgracia.
En gran cantidad de los idiomas de México, a un cometa se le designa como “estrella que humea”: citlalin popoca, en náhuatl, budz ek en maya yucateco y ifuo ‘nganotzo’ en otomí o ñañhu.
Asimismo, en la mayor parte de las cosmovisiones de los pueblos mesoamericanos el espacio situado por arriba de la Tierra estaba dividido en 13 capas o cielos.
Leyenda de las Tzitzimime, estrellas demonios que devoran humanos
De acuerdo con el documento del siglo XVI llamado Historia de los mexicanos por sus pinturas, los cometas se encontraban en el Quinto Cielo, por arriba del que contiene al Sol.
Este quinto cielo estaba ocupado por culebras de fuego que había hecho el dios del mismo elemento Huehuetéotl, y que de estas salían los cometas y otras señales del cielo.
Historia de la cometa
Por lo general cuando aparecía este evento celeste era considerado como un presagio de alguna catástrofe.
Según Fray Bernardino de Sahagún, cronista del siglo XVI, así concebían el avistamiento: “llamaba esta gente a la cometa citlalin popoca, que quiere decir estrella que humea. Teníanla por pronóstico de la muerte de algún príncipe o rey o de guerra o de hambre. La gente vulgar decía: ésta es nuestra hambre.
Por otra parte su designación llegó a utilizarse comúnmente como nombre propio, como el caso más célebre: Citlalpopocatzin (el sufijo tzin es reverencial), uno de los cuatro Señores de Tlaxcala a la llegada de los españoles.
Según el cronista mestizo tlaxcalteca Diego Muñoz Camargo, este Señor había sido llamado así “porque cuando nació, se vio en el cielo una cometa muy grande y espantosa, que echaba gran humo, de muy grande cola”.
El cometa de Moctezuma
Los mismos dirigentes tenían la obligación de observar el cielo de noche para tratar de hacer nexos directo entre los designios de los dioses.
Inclusive los astrónomos o Ilhuicatlamatinime, en náhuatl, formaban parte del estrato dirigente de las sociedades mesoamericanas.
Aunque poseían una motivación religiosa; desde el punto de vista del desarrollo de conocimiento en técnicas de observación y su exactitud, alcanzó una niveles notables.
Un tlatoani dedicado a observar la bóveda celeste fue el famoso Moctezuma Motecuhzoma Xocoyotzin (1466-1520) quien en su acto de coronación, recibió explícitamente la recomendación de observar diversas constelaciones, al amanecer y a Venus durante la medianoche.
Así el astrónomo-sacerdote se encargó de interpretar el orden del cielo a su propia sociedad; el producto de esta actividad fue el desarrollo del calendario, que regulaba los ritos, la agricultura en general la vida del pueblo.
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Uno de los eventos astronómicos más famoso del México prehispánico fue el llamado Cometa de Moctezuma, por un dibujo que muestra al emperador mexica observando un cometa con larga cola.
Esta famosa ilustración proviene de la obra del fraile dominico Diego Durán, quien describe este hecho como uno de los augurios de la llegada de los españoles.
Los cometas entre los mayas
La cultura maya concebía a los cometas como agentes de cambio que venían a poner en movimiento el equilibrio existente para que ciertas estructuras se transformasen permitiendo la evolución de la conciencia colectiva.
Esta civilización creía que uno de los mayores logros de la historia humana y un hecho crucial que nos uniría como especie sería cuando el hombre moderno descubriera con anticipación un asteroide tan grande que pudiera causar su extinción y luego desviarlo sería
¿Qué son los cometas?
Ahora sabemos que los cometas siempre han formado parte del sistema solar.
Son restos de los comienzos del sistema solar, hace alrededor de 4.600 millones de años, residuos que atraviesan, cruzan, rozan, e incluso chocan con los planetas.
Van y vuelven periódicamente ya que se mueven siempre tranquilos en orbitas regulares alrededor del sol.
Estos contienen mayormente hielo cubierto con material orgánico de reposo. Es posible que arrojen pistas importantes acerca de la formación de nuestro sistema solar.
También se dice que trajeron agua elementos básicos para la vida compuestos orgánicos, a los primeros momentos de la Tierra y a otras partes del sistema solar.
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