Durante el último mes del año mexica se llevaba acabo la fiesta de panquetzaliztli, dedicada al dios solar y de la guerra, en el templo mayor de donde se representaba a través de sacrificios el combate del sol y la luna.
Es bien conocido que las dos torres del templo mayor representaban al mítico cerro de Coatépec donde Huitzilopochtli nació combatiendo contra su hermana Coyolxauhqui quien lo intentó matar por el embarazo milagroso de su madre.
Esta batalla se representaba con la piedra de la diosa lunar Coyolxauhqui desmembrada a los pies del templo del dios solar, de acuerdo al eminente arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma en su texto “El decir de las piedras. Discurso de ingreso a la Academia Mexicana de la Lengua”.
Lo ocurrido en el cerro de Coatépec se repetía año con año como manera de preservar la memoria de un acontecimiento de enorme importancia para el pueblo mexica.
Era el lugar de la inmolación de múltiples cautivos de guerra y esclavos en la fiesta de panquetzaliztli, dedicada al dios solar y de la guerra, durante la cual se conmemoraba el combate entre ambas deidades.
Sucedía que los que serían ofrecidos, en sacrificios e inmolados subían en ringlera, pasando primero junto a la diosa decapitada y desmembrada para, finalmente, llegar a la parte alta del templo mayor.
En la cima los sacerdotes repetían lo que el dios solar había hecho conforme al mito: la víctima capturada en combate era puesta en el lugar de sacrificios y su corazón ofrendado al numen, a la vez que su cuerpo era arrojado por las escaleras para caer sobre la escultura de Coyolxauhqui, en donde era desmembraba por quienes lo habían hecho prisionero.
Este acto también hacía recordar lo ocurrido durante el peregrinar de este pueblo al enfrentarse a bandos enemigos para fundar Tenochtitlán, se convertía en lucha entre dioses, y la manera en que su dios solar y de la guerra había nacido para el combate.
De esta manera con la representación de estos sacrificios, el mexica asumía que su destino era también el de combatir. Asimismo, era la manera de justificar teológicamente la conquista militar, tan necesaria para la economía mexica.
Las fiestas de adviento comenzaban desde el 17 de diciembre hasta el 5 de enero y eran conocidas como el Panquetzaliztli, la última veintena del calendario mexica, constituido por 260 días, repartidos en trece meses de veinte días cada uno. En la conquista los misioneros católicos lo convirtieron en las posadas.
Eduardo Matos Moctezuma. Maestro en ciencias antropológicas, especializado en arqueología. Fue director del Museo del Templo Mayor, INAH. Miembro de El Colegio Nacional. Profesor emérito del INAH.