Se cumplían 500 años de la llegada de Cristóbal Colón al continente americano, cuando la estatua del capitán español Diego de Mazariegos, fundador de la ciudad de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, fue derribada por habitantes de la ciudad.
El 12 de octubre de 1992, 15.000 indígenas marcharon por las calles de la ciudad en protesta al colonialismo que hasta ahora no ha borrado su huella de opresión y despojo para los pueblos originarios de esta zona, quienes aún hasta finales del siglo XX vivían un sistema de fincas que concentraba en pocos dueños las tierras que ellos trabajaban.
Algunas de las frases que se leían en sus cartulinas expresaban frases como: “Hoy cumple 500 años de robo, muerte y destrucción el pueblo indígena”, “12 de octubre, día de la desgracia” o “Cristóbal Colón, culo pelón”.
Dos años después, en enero de 1994 en Chiapas se viviría otro levantamiento ahora armado y más organizado que llevaría por nombre Ejército Zapatista de Liberación Nacional conformado por los pueblos originarios tsotsil, tseltal, tojolabal, ch’ol y zoque.
Sobre este hecho en un comunicado llamado Apunte acerca de los principios del zapatismo, publicado el 3 de mayo del 2015 se dijo:
“Hace muchos años, las zapatistas, los zapatistas no hacíamos marchas, no gritábamos consignas, ni enarbolábamos pancartas ni levantábamos los puños. Hasta que una vez marchamos. La fecha: el 12 de octubre de 1992, cuando allá arriba celebraban 500 años del ‘encuentro de dos mundos'”,
“Sin mucha bulla, la estatua del conquistador cayó. Si volvieron a levantarla no importa. Nunca podrán levantar de nuevo el miedo a lo que representaba”, se lee en el texto.