El hallazgo de un bajorrelieve de un águila real en el Templo Mayor fue catalogado por los arqueólogos del INAH como un golpe de suerte por su buen estado de conservación.
La imagen de un águila real en una piedra labrada data de poco más de 500 años y sorprendentemente se salvó de ser destruída.
“Para nuestra suerte el colector de aguas negras pasó a escasos 10 centímetros de esta águila real que nosotros excavamos a finales del 2019 y principios del 2020 y por escasos 10 centímetros se salvó y pudo llegar a nuestros días para que la pudiéramos estudiar”, refirió Rodolfo Aguilar, arqueólogo del INAH.
De acuerdo a los investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia, el hermoso monolito es de la época de Moctezuma I, gobernante del Imperio Mexica, por los años 1449 a 1469 después de Cristo.
El lugar del hallazgo es en el cruce de las calles República de Guatemala y República de Argentina en el Centro Histórico por donde corre un ducto del drenaje profundo del cual el águila real permaneció intacta.
“Es debajo de este entre cruce donde nosotros nos encontramos excavando desde hace cuatro años y en el pasado mes de noviembre del 2019 fue que detectamos este impresionante bajo relieve de águila real”, insistió Rodolfo Aguilar, arqueólogo del INAH.
Además de su buen estado de conservación es la lápida más grande en su tipo con 1.06 mts de largo y 70 cms de ancho.
“El bajo relieve de águila real está labrado en un tezontle rojo tiene unas dimensiones de 1.6 m de largo por 70 cm de ancho lo que convierte a la lápida la más grande dentro de un conjunto de 67 bajorrelieves que hemos encontrado en el área”, señaló Aguilar.
A partir del hallazgo se tardaron tres meses en liberarla, examinarla y en el proceso de conservación.
Cabe destacar que fue encontrada al pie del Templo Mayor, exactamente en el eje del centro que cruza la capilla de Huitzilopochtli (principal deidad mexica del sol y guerra) y la Diosa Coyolxahqui (deidad de la luna).
Asimismo, los arqueólogos continuarán las labores de excavación del Proyecto del Templo Mayor para seguir siguiendo pistas, que cada vez salen a la luz con más frecuencia como el descubrimiento de más de 600 calaveras de sacrificios perteneciente al altar Huey Tzompantli.
Lo que los arqueólogos pretenden es que una vez que concluyan los trabajos de conservación, el águila real pueda ser regresada al sitio donde se encontró para que todo público pueda admirarla.
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