Una misma escultura en diferentes lugares del territorio mexicano ha generado varias incógnitas sobre su uso y origen. Esta pieza es el llamado Chac mool, la figura de una persona semi recostada con la cabeza mirando a un costado.
Lo que muchos aseguran es un guerrero o sacerdote ha sido hallado en distintas zonas del centro y sur de México como Tula, Teotihuacán, Tenochtitlán y hasta Chichén Itza.
Fue en 1874 cuando el primer Chac Mool fue descubierto en Chichén Itzá por el explorador francoamericano Augustus Le Plongeon. A partir de este suceso la escultura ha sido encontrada en al menos otras 25 ocasiones por todo el sur y centro del país: desde Quintana Roo y Yucatán, hasta Tula, Michoacán, Tlaxcala, Querétaro y la Ciudad de México.
Por la cantidad de figuras del Chac Mool encontradas por diversas partes de Mesoamérica se puede decir que era parte fundamental de un mobiliario ritual, los arqueólogos coinciden que se trataba de una mesa de ofrendas recipiente para los corazones sacrificados, la piedra de los sacrificios y también comida.
De acuerdo a la revista Muy Interesante, la historiadora Mercedes de la Garza refiere sobre a la escultura hallada en Chichen Itzá que ahora se encuentra en el Museo Nacional de Antropología:
“Este Chac Mool representa un guerrero recostado con el rostro volteado hacia su derecha y que sostiene un plato sobre el vientre. El personaje porta casco y grandes orejeras. Sobre su pecho se esculpió un pectoral con forma de mariposa, símbolo de transfiguración que muestra el carácter religioso de los guerreros. Esta escultura representa al sacerdote-guerrero que funge como intermediario entre los hombres y los dioses para hacerles llegar la ofrenda”.
Otra de las funciones que tenía el Chac Mool según Alfredo López Austin, Doctor en Historia y arqueólogo, eran las siguientes:
“Como un tlamanalco o mesa de ofrendas: directamente sobre el ara del personaje o en recipientes, se colocaría un sinnúmero de dones, entre ellos tamales, tortillas, carne de guajolote, tabaco, plantas alucinógenas, flores, papel salpicado con hule, plumas, pulque, balché e incienso.
Una segunda función del Chac mool sería la de cuauhxicalli o recipiente para la sangre y los corazones de los sacrificados, pues algunos ejemplares mexicas tienen un cuauhxicalli en lugar de la habitual ara. Otra función sería la de téchcatl o piedra de los sacrificios”.
Algunos de los chac mool que se han hallado en distintos sitios rituales del México originario son:
– El hallado frente al adoratorio de Tláloc en la etapa II (1390 d.C.) del Templo Mayor de Tenochtitlan, la cual aún conserva sus colores originales.
-Chac Mool tolteca traído de Tula a Tenochtitlan que se encontró entre los cimientos de la Casa de los Marqueses del Apartado, en la calle de Argentina, frontera al Templo Mayor.
Expertos aseguran que en Tula estas esculturas fueron sumamente importantes ya que se han hallado en contextos como las puertas de palacios o en plazas, no solo en las pirámides, que es algo que muchas veces se piensa.
– Chac mool hallado de manera fortuita en la ciudad de Pátzcuaro, durante excavaciones de una construcción civil. Se trata del primero descubierto en el contexto de la cultura purépecha, aunque en Michoacán ya se habían hallado otras piezas.
En la lengua del pueblo purépecha que dominó Michoacán, se le refiere como “Waxanuti”, que quiere decir “el que está sentado en un patio”.
-Una de las piezas más antiguas (entre 600 y 900 d.C.) se halló en una región del norte mesoamericano llamada Chalchihuites, más al norte de México lo que podría ser un indicio del “viaje” del chac mool a lo largo de siglos por culturas y territorios diversos.