Se llaman a sí mismas Las Diablillas, estas mujeres son madres y esposas, hermanas e hijas, pilares de su comunidad en Hondzonot, un pequeño pueblo maya en el estado mexicano de Quintana Roo, son cocineras y costureras, campesinas y pastoras. Y, desde hace unos años, estas mujeres indígenas también se han hecho famosas en todo México como jugadoras de softbol desafiando las normas de género con cada golpe, cada deslizamiento, cada lanzamiento.
Esto se debe a que practicar deportes no se considera parte de la vida de una mujer en su cultura maya tradicional. De hecho, a menudo está mal visto. Eso es algo que esperaban cambiar formando un equipo de softbol, Las Diablillas, que ha brindado a mujeres de todas las edades en este rincón de la Península de Yucatán la oportunidad de unirse como amigas, mantenerse físicamente activas y agregar una dimensión a sus identidades.
El equipo se ha hecho muy conocido y ahora es protagonista de un cortometraje de MLB Originals. “Las Diablillas”, que explora cómo estas mujeres han encontrado su empoderamiento a través del deporte. Mismo que fue premiado en el gran Festival de Cannes Lions 2023.
“La pregunta no es: ‘¿Quién me dará permiso?’, sino: ‘¿Quién me va a detener?'”, dice Geimi Santa Ofelia May Dzib, la jardinera izquierda del equipo, en las escenas iniciales.
Las Diablillas confeccionan los huipiles (vestidos tradicionales usados por las mujeres indígenas en México y otras partes de América) que sirven como sus uniformes y hablan de su orgullo por su herencia. Cada huipil está bordado con flores para representar la diversa flora de la región. No se requiere calzado; Las Diablillas juegan descalzas.
“Aquí en Hondzonot, el suelo está rojo y caliente, pero tenemos la costumbre de estar descalzos”, dice Jerónima May Uh, que juega en la tercera base. “De esta manera caminamos más rápido. Nos gusta sentir la tierra caliente en nuestros pies”.
El director de la película, Yupi Segura, optó por entrevistar a las mujeres en su lengua nativa maya, una de las 68 lenguas indígenas que se hablan en México.
“Era importante contar la historia desde una perspectiva comunitaria, a través de la voz del equipo, y no solo de uno o dos”, dijo Segura, y agregó: “Hacerles hablar en su lengua materna frente a la cámara creó un ambiente más cómodo y les permitió expresar sus pensamientos e ideas de una manera más fluida. Esto era importante para tener un retrato auténtico de su estilo de vida y su historia”.
Por supuesto, todo equipo necesita un oponente. Las Diablillas suelen jugar contra otro equipo de mujeres indígenas de la región, las Amazonas de Yaxunah. Y no importa cuál sea el puntaje al final del juego, cada uno de estos atletas sale ganador.
“Estamos en el mismo equipo que las generaciones futuras”, dice Juana Ay Ay, capitana y jardinero central del equipo, “porque ahora abrimos una puerta por la que pueden cruzar para brillar”.
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