La Pirámide de la Serpiente Emplumada esconde 14 metros en el subsuelo un túnel de 100 metros con más de 100,000 tesoros prehispánicos que dejaron los habitantes de Teotihuacán. Ahora, gracias a la tecnología de realidad virtual cualquier persona lo puede recorrer y descubrir sus secretos.
Hace 15 años el arqueólogo Sergio Gómez Chávez del INAH descubrió la entrada a un misterioso túnel dentro de la Ciudadela de la Zona Arqueológica de Teotihuacán.
El secreto quedó revelado en 2003, después de estar cubierto durante 1.800 años, cuando una fuerte lluvia permitió al arqueólogo Gómez observar un hueco frente al Templo de Quetzalcóatl.
El investigador descendió con una cuerda amarrada a la cintura y se encontró con uno de los más importantes hallazgos de los últimos años. El túnel fue sellado con 18 muros de piedra y lodo y clausurado hace mil 800 años por los mismos teotihuacanos.
El techo brillaba porque estaba cubierto con minerales destellantes como la pirita, de esta forma los teotihuacanos emulaban las estrellas del inframundo, lugar donde habitaban los muertos.
Fueron registrados 75 mil objetos de los más diversos materiales, dispuestos en medio centenar de ofrendas colocadas a lo largo del conducto.
Miles de objetos de jade, cristal de roca, serpentina, pizarra y minerales metálicos, como pirita y hematita en forma de espejos; además de miles de conchas y caracoles de lugares lejanos al Altiplano Central; decenas de pelotas o bolas de hule, y más de 4 mil objetos y fragmentos de madera y cestería.
Uno de los últimos hallazgos son cuatro ramos de flores casi intactos de casi 2,000 años de antiguedad. Siendo la primera vez que se encuentra una ofrenda botánica en buen estado de conservación.
También se encontraron semillas de maíz, frijol, chile, pepitas de calabaza, semillas de tuna, gran cantidad de cerámica y una escultura elaborada en piedra representando una pirámide con talud y tablero. Asimismo, junto a las flores se hallaron varios kilos de carbón, presumiblemente producto de una ceremonia ritual.
“El túnel es un elemento de tipo ritual y particularmente yo estoy proponiendo que es un lugar donde se llevaba a cabo rituales de transmisión del poder. Cuando una persona moría entregaba el poder y el nuevo gobernante tenía que acceder a este tipo de lugares para acceder al poder de las divinidades del inframundo, cuando salía a la superficie se había investido de los poderes que le permitían gobernar en el nivel terrenal”, explicó el arqueólogo a El País.
Además, el experto asegura, que hay evidencia de que existió un objeto de grandes dimensiones que los teotihuacanos sacaron antes de abandonar la ciudad, pero la incógnita sigue sin resolverse.
Después de extraer toneladas de tierra que bloqueaban el pasaje, un robot le permitió al equipo seguir avanzando en la investigación:
“Por primera vez usamos un robot en una exploración arqueológica en México pero llegamos a un momento en que es importante difundir lo que hemos entrado a explorar”, apuntó Gómez.
“Entonces no había georeferenciación, ni toda la tecnología que ahora existe, [los teotihuacanos] lo hicieron con mucha precisión”, dijo Diego Prieto, director del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Desde entonces se han encontrado miles de objetos, que todavía están bajo estudio de los arqueólogos. Aunque una primera selección de 460 piezas ha sido llevada en préstamo al Museo Young de San Francisco (Estados Unidos).
“El público no va a poder acceder desafortunadamente porque es un lugar muy especial, muy delicado y con muchos riesgos. La idea de este trabajo es que la gente que no pueda entrar, pueda tener una experiencia de poderlo visitar virtualmente”, explicó el arqueólogo encargado de la investigación en el Proyecto Tlalocan.
Sin embargo, tras todos estos años de investigación tenemos la fortuna de recorrer el túnel con realidad virtual en el Museo Nacional de Antropología e Historia y en el Museo de Sitio de la Zona Arqueológica de Teotihuacán, donde se instalaron 8 visores con vídeo 360.
El recorrido tiene una duración de 25 minutos por el túnel de 100 metros de largo que muestra el espacio que diseñaron los teotihuacanos tal y como se encontró, con objetos sagrados como estatuillas, vasijas, piedras y huesos de animales.
Cabe resaltar que esta tecnología permite apreciar el sonido ambiente y la temperatura del subsuelo de la ciudad.
Por último, el acceso no tiene un costo adicional al del boleto de entrada al Museo Nacional de Antropología e Historia que abre de martes a domingo de 9:00 a 17:00 horas ubicado en Paseo de la Reforma.
Entrada gratuita a nacionales, mayores de 60 años (credencial INAPAM), menores de 13 años, personas con discapacidad, profesores y estudiantes (credencial vigente). Domingos entrada gratuita a público nacional y extranjeros residentes en México (documento FM vigente).