Aunque Hernán Cortés es el español más conocido en el mestizaje de México, hoy hablaremos de Gonzálo Guerrero quien hizo un papel opuesto al del conquistador, al luchar del lado del pueblo Maya.
La lealtad que tuvo hacia los nativos de México ha sido digna de recordar como el padre del mestizaje y ahora te contamos su historia.
Todo comienza cuando Gonzalo Guerreo, marinero y arcabucero del rey Carlos V, originario de Niebla, España, quien había participado en la conquista de Granada (en España) y del Darién (América) zarpa en 1511 junto a Jerónimo de Aguilar y Juan de Valdivia en una misión de Panamá a Santo Domingo, República Dominicana.
Sin embargo, una fuerte tormenta los desvió de su destino naufragando en Jamaica, en unos bajos llamados de las Víboras. Después de esto solo unos veinte hombres se salvaron, pero aún les quedaba un largo camino a la deriva en un pequeño bote con remos por trece días. Sin agua y sin alimentos, la mitad de los hombre murieron y a los otros la corriente los llevó hasta la costa de Yucatán (México), aún desconocida por los españoles.
Débiles y hambrientos fueron presa fácil de los nativos de la zona quienes los capturaron y llevaron consigo para alimentarlos, aunque algunos de ellos como Valdivia con el objeto de ser sacrificados para sus deidades. Al darse cuenta se esto rompieron sus jaulas de madera y escaparon.
Solo pudieron llegar a un lugar llamado Xamacona, donde el cacique Aquincuz los capturó para servirle. Tanto Aguilar como Guerrero pronto destacaron por su participación en las guerras con los pueblos cercanos y por sus servicios, pero la suerte fue distinta para sus demás compañeros quienes murieron, por enfermedades, tareas pesadas, o en combate.
Aquincuz murió al poco tiempo, y subió al poder su hijo Taxmar, a cuyo cargo quedaron Jerónimo y Gonzalo. Así lo relata López de Gómora, en su obra Historia de la conquista de México y Cervantes de Salazar en su Crónica de la Nueva España.
Sin embargo, para 1514 los españoles serían moneda de cambio en la estrategia del cacique maya Taxmar, quien los cedió a Nachan Can de Chactemal (hoy Chetumal) con el objetivo de hacer alianza.
Por su fama y victorias bélicas Gonzálo Guerrero fue nombrado “nacom” (capitán) y logró casarse con la hija de Nachan Can, Za´asil-Há, también conocida como Ix Chel Can con quien tuvo varios hijos, los primeros mestizos en México.
En este entonces el ex militar español ya lucía como un auténtico nativo en su vestimenta, con adornos en las orejas, el labio inferior y paulatinamente fue adoptando los usos y costumbres de los mayas e incluso, según algunos cronistas de la Conquista, su religión.
Su talento militar y como estratega le permitió asesorar a los pueblos originarios en las tácticas de guerra occidentales y en la construcción de fuertes, trincheras y baluartes, al mismo tiempo él aprendía el arte de la guerra por parte de los mayas, quienes lo reconocieron con un rango como jefe militar.
Esto hizo que fuera parte de las batallas contra los primeros intentos españoles de conquistar México en las expediciones de Hernández de Córdoba (1517) y Juan de Grijalva (1518) quien se enteró de Jerónimo y Gonzalo al capturar a unos nativos de la zona.
Un año antes, Hernández de Córdoba había sido derrotado en Champotón, (Campeche), por mayas que se turnaban para flechar y no temían de caballos ni a los arcabuces, armas antecesoras de las pistolas. Según Bernal Díaz del Castillo, habían sido asesorados por Guerrero.
La llegada de Hernán Cortés
El primer lugar que piso Cortés en México fue el territorio de Cozumel en 1519, en donde se propuso rescatar náufragos, para ello hizo uso de mensajes a través de nativos con cartas y regalos.
Al llegar estos mensajes a Jerónimo, decide unirse nuevamente a las filas españolas, por lo que Taxmar le otorga la libertad. Después, emprende camino para reunirse con Guerrero y convencerlo de que regrese a sus orígenes pero contesta lo siguiente de acuerdo con Díaz del Castillo en su Historia Verdadera de la conquista de la Nueva España:
“Yo soy casado y tengo tres hijos, y tiénenme por cacique y capitán cuando hay guerras: idos con Dios, que yo tengo labrada la cara y horadadas las orejas. ¡Qué dirán de mí desde que me vean esos españoles ir de esta manera! Y ya veis estos mis hijitos cuan bonicos son…”.
En ese momento le debía lealtad a su familia y pueblo maya, a pesar que sus ex compañeros de combate le dijeron que podía llevar en la expedición a su familia, siguió resistiéndose, afirmando que como esclavo que era no tenía libertad para elegir.
Sin embargo, los españoles no se rendirían en su intento de que Gonzalo regresara a ser parte de sus filas, esta vez fue Francisco de Montejo en el año 1527 quien le envió una carta en la que le invitaba a que abandonara sus costumbres y volviera al servicio de la Corona de España, prometiéndole los más altos honores.
Guerrero, se mantuvo firme en su decisión de serle fiel a su pueblo de adopción contestándole que como esclavo que era no podía romper con los nativos, pero que tanto él como todos los españoles podían considerarle como su amigo.
De esta manera, al conocer los planes de Montejo de marchar sobre Chetumal se dispuso a impedir a toda costa que consiguieran su objetivo, por lo que comenzó con los mayas a fortificar la ciudad.
Desde Yucatán donde Montejo hizo su base de operaciones en una ciudad que fundó como Salamanca dividió su grupo en 2 para llegar a Chetumal por tierra y por mar para sitiar al lugar. Sin embargo, no se esperaban que a la mitad del camino les llegara un mensaje sobre la muerte de Montejo que iba por mar y que a su vez él también recibió la noticia de la aniquilación del grupo que envió por tierra con Alonso de Ávila a la cabeza, por lo que ambos grupos cayeron en el engaño.
El padre del mestizaje
Ocurrieron varios intentos de conquista de la península de Yucatán que habrían terminado en fracaso gracias a Gonzalo Guerrero, al servicio de Na Chan Can.
Para 1531, en un nuevo intento de Alonso de Ávila por conquistar Chetumal tuvieron que enfrentarse con la sublevación de todo el sureste de Yucatán y aunque los conquistadores intentaron por todos los medios reprimir a los nativos, les fue imposible; de esta manera en el otoño de 1532 la situación se había hecho tan insostenible que todo el ejército español tuvo que huir en canoas hacia Honduras.
En el año de 1536, lograron que la península de Yucatán estuviera casi libre de conquistadores. Sin embargo, Guerrero se dirigió a Honduras, para apoyar a los mayas que estaban siendo atacados por los españoles. Como capitán de las tropas del cacique Cicumba en las inmediaciones del río Ulúa se libró una batalla donde murió de un disparo de arcabuz.
Un informe español sobre la batalla relató que fue encontrado muerto un hombre blanco vestido como un indígena, con el pelo trasquilado a la manera maya, pintado y con toda la apariencia de un indio.
De acuerdo al sitio de la Real Academia de Historia española sus proezas militares contribuyeron en buena medida a que la conquista de la zona maya no se consumara hasta bien avanzado el siglo XVI.
Gonzalo Guerrero se ha convertido en un importante personaje del mestizaje entre los dos mundos siendo procreador de tres hijos, quienes se cree, fueron los primeros mestizos en México y América Latina.
Lo han denominado como mártir de la lucha anti-imperialista y consiguió que su historia permaneciera viva en la memoria colectiva mexicana con estatuas al sur de México en la que aparece como el jefe maya que fue como la del paseo de Montejo de la ciudad yucateca de Mérida.