Un hallazgo al pie de las escalinatas del Templo Mayor acerca a los arqueólogos a la tumba de un gobernante mexica, de los cuales aún no se han hallado entierros de este tipo. Se trata de una ofrenda con mas de 500 años bajo el subsuelo del Centro Histórico de la Ciudad de México.
Los elementos que componen el hallazgo calificado por los arqueólogos del INAH como“el más tentador hasta el momento” es un jaguar ricamente ataviado, un guerrero y un niño pequeño vestido como Huitzilopochtli, dios del sol y de la guerra, así como un juego de cuchillos de madreperla y piedras preciosas.
Su simbolismo pone sobre la mesa la teoría que esto podría abrir paso para el descubrimiento de la tumba de un gobernante de Tenochtitlán de la dinastía Ahuízotl.
La ofrenda fue depositada por los sacerdotes mexicas exactamente en el centro de una plataforma circular ritual, el Cuauhxicalco, a unos pocos metros al oeste de donde hallamos un espacio cuadrado de piedra que contenía los restos de un lobo sacrificado con piezas de oro puro, revelo arqueólogo López Luján quien dirige el proyecto a National Geographic España.
Según fuentes históricas en este lugar en forma de círculo descansaban los restos de los Tlatoanis mexicas, y estaba localizada frente al templo de Huitzilopochtli, deidad de la guerra y representante del sol en la cosmovisión azteca.
Hasta ahora sólo se ha excavado una décima parte del contenido de la gran caja rectangular de piedra donde se hallaba el jaguar y diversos objetos, como un disco de madera tallada colocado en la espalda del animal sagrado, el anáhuatl, emblema del dios Huitzilopochtli y armado con un dardo y un lanzadardos, también de madera.
El ocelotl (jaguar en náhuatl) fue cubierto con una capa de corales de cuatro especies diferentes, además de conchas, caracoles pequeños, peces globo y numerosas estrellas marinas de color rojo y que habitan a 300 kms de distancia de Tenochtitlán (Ciudad de México), en el océano Pacífico; estos elementos deberan ser retirados para conocer el contenido completo de la caja.
Al mismo tiempo se hallaron dos restos de un ave de plumaje rojizo, ibis espatulado, asociada a los gobernantes y a los guerreros caídos en batalla.
El arqueologo Leonardo López Luján, director actual del Proyecto Templo Mayor comentó para NG que la ofrenda corresponde a la sexta etapa constructiva del Templo Mayor, a cargo del tlatoani Ahuízotl (1487-1502 d.C.), de quien aun se busca su tumba.
Como parte de la ofrenda también fue encontrada una caja más pequeña con objetos con barras de copal y 21 cuchillos de pedernal tallados con la figura de guerreros, entre otros. En cuanto al niño sacrificado los arqueólogos del INAH, presumen que tenía nueve años y durante el ritual se le arrancó el corazón, asimismo porta un collar de cuentas de jade, un disco de madera del dios de Huitzilopochtli y alas hechas de huesos de gavilán pegadas a sus hombros.
Asimismo el director del Proyecto Templo Mayor, comentó que fuentes históricas del siglo XVI dicen que tres hermanos que se sucedieron en el trono (Axayácatl, Tízoc y Ahuítzotl) fueron cremados al pie del Templo Mayor y sus cenizas fueron enterradas dentro o a un lado del Cuauhxicalco.
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