Tener salud o enfermedad radicaba en la pérdida de equilibrio energético del cuerpo y podía ser provocado por algo físico o metafísico, en la cultura mexica.
Antiguamente se creía que existían 3 entidades anímicas que habitaban el cuerpo de un ser humano, específicamente en el cerebro, corazón y el hígado.
Un desequilibrio o desajuste energético entre estas significaba enfermedad, mientras que el equilibrio y la armonía querían decir que la persona gozaba de salud.
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Por esta razón, los médicos y sabios llamados titicih y tlamatinime respectivamente, también trabajaban con fuerzas, elementos o entidades anímicas que pudieran haberle quitado la salud al paciente.
Teyolía
En modo especial se decía que ese desajuste cósmico afectaba principalmente a Teyolía, “lo que da vida a la gente”. Esta entidad anímica está ubicada en el corazón y el acto de pensar.
El corazón era muy apreciado en tiempos prehispánicos ya que era visto como la fuerza vital que otorgan los disoses que mantiene el movimiento y los ciclos.
Mientras el ser tenía vida el teyolia era inseparable del cuerpo, sin embargo cuando esa persona moría, el Teyolía pasaba a reencarnar en otro ser.
Por ejemplo el teyolia de los guerreros muertos en combate o en el sacrificio acompañaban en el atardecer y amanecer al Sol y, a su vez, reencarnaban en colibríes.
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Mientras que las mujeres que morían en el parto llamadas Cihuateteo acompañaban a los guerreros al cielo y también guiaban la puesta de sol por los cielos del poniente.
Las que morían por elección de los dioses se convertían en servidores de los dioses.
Por otro lado los ataques al corazón podía ser causados por los ayudantes de Tláloc o haciendo que la gente enloqueciera, también podía dañarse por la conducta inmoral.
Tonalli
Esta parte energética de nuestro cuerpo es el centro del pensamiento y la personalidad, la voluntad, la memoria, la emoción y la actividad mental.
Asimismo proporciona vitalidad, vigor, energía para el crecimiento, conocimiento y habilidad vocacional.
Lo consideraban una especie de luz como el calor del Sol y el día, inclusive la raíz de su nombre proviene del vocanblo tona que quiere decir calor.
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Está ubicado en la cabeza, en la zona el cabello, frente o en las coyunturas del cráneo.
Se contrapone con la fuerza de la Teyolia, ya que el Tonalli puede abandonar el cuerpo, aunque sólo puede salir por lapsos breves; por ejemplo, al estornudar esperaban un momento para hablar porque es el tiempo que tardaba en regresar ese tipo de alma a nuestro cuerpo.
Inclusive, los sueños eran percepciones de que el Tonalli salía realmente del propio cuerpo.
Sin embargo, la pérdida involuntaria del tonalli provocaba enfermedades y muerte.
Otros factores que podían llenar tu tonalli de inmundiciaera era el exceso de sexo, que conducía a enfermedades caracterizadas por el enflaquecimiento, la tos, el cuerpo ennegrecido o la pus en la uretra.
Aunque, cabe mencionar que la falta de sexo podía enfermar al humano, pero condenaban el celibato y la violación se castigaba con la pena de muerte.
El Tonalli y el sacrificio ritual
En tiempos de guerra, el Tonalli fue muy solicitado debido al sacrificio ritual dado que se creía que el cabello que cubría la cabeza era lo que permitía la permanencia del alma en el cuerpo.
Un claro ejemplo de esto, fueron los tzompantli un momumento hecho con tiras de cráneos de los que fueron ofrecidos en sacrificio.
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Ihíyotl
Está relacionado con el hígado, al que se atribuye la fuerza emocional, y su nombre quier decir aliento, respiración.
Como el teyolía se escapa cuando muere la persona convertida en gas luminoso, pero tenía la propiedad de influir sobre otros seres, sobretodo para atraerlos. También le daban el nombre de nahual.
Asimismo, le atribuían funciones inherentes al equilibrio emocional, el vigor, la vitalidad, las pasiones, los sentimientos, así como el deseo, la envidia y la ira.
Esto quería decir que persona virtuosa tenía el hígado limpio, mientras que una persona inmoral tenía su hígado sucio.
Por otro lado, la emanaciones invisibles del Ihíyotl producían una cantidad de enfermedades repugnantes.
Los médicos en mesoamérica
El nombre para un médico general era Ticitl Tlamatini, sin embargo, existían diferentes tipos de médicos encargados de cuidar la salud y resolver cada enfermedad de acuerdo al “diagnóstico”
Habían los tepahtiani (el más sabio), tlamatepatiticitl (tipo médico internista), teitzminiqui (sangrador o cirujano, tengo la duda), papiani-panamacani (herbolario), teixpatiani (relacionado a los ojos), temazcalli (curaba con vapor), la tlamatlquiticitl era la partera que vigilaba el embarazo por periodos.
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Mientras al Tlachixqui, además de ser médico, también era considerado y respetado como adivino, sabio y hechicero.
Este último era capaz de determinar exactamente si una deidad específica estaba enojada con el enfermo, o si se trataba de entidades como el sol, la luna, un río, dado que todo lo existente conlleva un tonalli, se creía que de algún modo todas las cosas están animadas.
Asimismo, para recuperar la salud del enfermo, debían el origen de la enfermedad, metafísico o no, ayudaba a conocer qué tipo de tratamiento aplicarían los médicos, y también a qué deidad debían dirigirse.
Quetzalcóatl era considerado el “abogado” de las bubas, del mal de ojo, de “romadizo” y de la tos, por lo que los individuos aquejados de estos males debían acudir al templo con ofrendas y oraciones ante la imagen de este dios para así ser curados A esta misma deidad se le invocaba para aliviar los dolores de cabeza.
Creían que las afecciones de salpullidos, “empeines” o enfermedades que cunden (como el herpes) procedían del fuego y el calor, y para lograr su curación debían previamente invocar al fuego, “porque es mal de calor”, conjurar al agua e implorar a Tlazolteotl (De la Serna 1953: 292, 293).
Otros males de la piel, como ampollas, llagas, vejigas, sarna y algunos de tipo eruptivo, así como también infecciones oculares, se relacionaban específicamente con Xipe Tótec.
Cabe destacar, que la gran diferencia de la medicina de hoy en día con la de los prehispánicos es que ellos hacían referencia a cambios dinámicos del organismo y no a problemas estructurales.
Estas útimas solo eran las enfermedades conocidas como cocolli, las contagiosas: cocoliztli, las epidémicas: temoxtli y las venéreas como cihuatlaueliloc.
Asimismo, las participaban siempre en las enfermedades, su propagación y su cura.
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