La UNAM ha dado una excelente noticia para preservar el conocimiento de la medicina ancestral indígena al crear la Escuela de Medicina Tradicional Totonaca.
A pesar de que los curanderos y hueseros tienen gran demanda en la actualidad, la transmisión de este conocimiento se está perdiendo, debido a la migración de los jóvenes totonacas de Veracruz hacia Estados Unidos.
Por increíble que parezca desde la Conquista no hay una escuela que enseñe formalmente a ser curandero o huesero hasta ahora.
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El innovador proyecto, cuyo modelo educativo quedará listo para el presente año, corre a cargo del Programa Universitario de Estudios de la Diversidad Cultural y la Interculturalidad (PUIC) junto con el Centro de las Artes Indígenas del Totonacapan veracruzano.
La primer Escuela de Medicina Tradicional
Carlos Zolla Luque, coordinador de Investigación del PUIC y titular del proyecto comentó:
“Los especialistas diseñan el modelo educativo para esta escuela, que formará a curanderos de nueva generación, que así como tendrán que acudir a las cuevas a realizar sus ceremonias para el agua, regresarán a la computadora para registrar sus hallazgos o estudios.”
Con esto se pretende ofrecer una parte formativa con enseñanza de la filosofía, cosmovisión, usos y costumbres de los totonacas.
Así como los factores que quitan el equilibrio de la salud, además de los conocimientos de herbolaria, apreciados por propios y extranjeros.
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Por otro lado la importancia de la Escuela de Medicina Tradicional Totonaca es que permitirá promover y reconocer los saberes tradicionales de los pueblos indígenas y de las comunidades locales para mantener la diversidad biológica y cultural.
“Nos dijeron: ‘esto se está perdiendo; los jóvenes tienen poco interés y les resulta más atractivo irse al otro lado que convertirse en curanderos’, por lo que pidieron a la Universidad Nacional ayuda para crear una escuela de medicina tradicional”, apuntó Zolla Luque.
Saber y práctica ancestral
Desde la llegada del conquistador Hernán Cortés a México, la enseñanza oficial no ha sabido darle la importancia que se merece a una escuela para formar curanderos, parteras, rezanderos o yerberos.
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Sin embargo, es una práctica que se ha mantenido, tanto que un gran número de personas acuden a ellos antes que al médico o a otros medios de atención como la acupuntura o el naturismo.
Es entre la zona arqueológica de Tajín y el Petén donde se ubica el Centro de las Artes Indígenas, en el Parque Takilhsukut. En este lugar los especialistas de la UNAM se reunieron con casi 70 médicos tradicionales para planear la nueva institución.
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Con regularidad, los investigadores del PUIC se reúnen con curanderos totonacas para afinar los detalles del modelo educativo.
Actualmente, los expertos trabajan con 18 personas, sobre todo mujeres que requieren apoyo para llegar al sitio y terminar sus cursos.
“Confiamos en su importancia; la estamos creando con terapeutas de nuevo tipo, ya se tienen avances en cuanto al levantamiento de la información, de las plantas medicinales, los mercados, la detección de las principales enfermedades y causas de demanda de atención” adelantó el titular del proyecto.
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