Xochipilli, el príncipe de las flores: la deidad del arte, del amor, los juegos, la danza, belleza, las flores, el maíz, placer y de la ebriedad sagrada, posee una de las representaciones más humanas del panteón mexica con una evocación a la liberación del espíritu.
“Flores y cantos son lo más elevado que hay en la tierra para penetrar en los ámbitos de la verdad”
Su nombre proviene del náhuatl xochitl “flor” y pilli “príncipe” o “niño”. También se le llamaba Macuilxochitl, que significaba “cinco flores” y era el patrono de los juegos, los bailes y los deportes.
Su escultura fue encontrada en las faldas del volcán Iztaccíhuatl, cerca de la localidad de Tlalmanalco, Estado de México, durante el siglo XIX. En esta escultura se aprecia al niño príncipe de corazón puro, absorto por el temicxoch las “flores del sueño” en un mundo remoto, derribando el muro de nuestro pensamiento lógico para abrirlo a una visión más trascendente de la vida.
Su cuerpo cubierto de sus aliados espirituales, las flores y plantas sagradas son: los hongos psicoactivos (Psilocybe aztecorum), tabaco (Nicotiana tabacum), Ololiúqui (Turbina corymbosa) sinicuichi (Heimia salicifolia) y cacahuaxochitl (Quararibea funebris).
Hongo Psilocybe aztecorum
Conocido por los mexicas como la carne de los dioses, los llamaban teonanacatl, cuya etimología proviene de teotl, “Dios”, y nanacatl, de nacatl, “alimento”. Estos hongos generalmente se encuentran en la Ciudad de México, Morelos, Puebla y Oaxaca, siendo los que la chamana María Sabina consumía para curar.
Debido a sus propiedades alucinógenas, los antiguos mexicanos lo relacionaban con las deidades. Actualmente crece en épocas de lluvia en los meses de agosto y septiembre.
Ololiuhqui (Turbina corymbosa)
Estas unas hermosas flores blancas en forma de campana provenientes del sureste mexicano y es uno de los principales plantas alucinógenas sagradas de los pueblos indígenas chinatecos, mixtecas, mazatecos, zapotecas y otros grupos de Oaxaca.
El cronista Fray Bernardino de Sahagún su Historia general de las cosas en la Nueva España describe: “Hay una planta que llaman coatl xoxouhqui [serpiente verde]. Da un grano que lleva el nombre de ololiuqui [cosa redonda]. Embriaga y vuelve loco… es medicinal.”
Además era utilizada en rituales con fines adivinatorios, diagnosticar enfermedades o encontrar alguien perdido. Por otra parte en las ceremonias para sacrificios, los mexicas creían que una victima que estaba dispuesta a ser sacrificada era de más valor que la que no lo estaba, por lo que estas semillas eran usadas para crear una atmósfera mas receptiva.
Flor de tabaco
A esta planta se le denominaba yetl, los pueblos prehispánicos la consideraban planta sagrada por sus poderes místicos, así como la curación de heridas ponzoñosas y otras dolencias graves. También era usado en ceremonias sacerdotales, la diosa Cihuacóatl se consideraba ofendida si no se hacía sacrificio de tabaco en su honor.
Se podía arrojar las hojas de tabaco al fuego, y el humo que desprendían y las chispas eran interpretadas por los adivinos, los cuales solían rociarles pulque o copal. O bien aspiraba el humo por la nariz hasta entrar en trance. Asimismo, a los guerreros se le permitía su uso en los triunfos por lo que en la espalda llevaban el yetecómatl o calabacillo.
Cacahuaxochitl (Flor de cacao)
Esta aromática flor nace del árbol de cacao que crece de manera natural en las selvas altas perennifolias de los estados mexicanos de Veracruz, Oaxaca, Chiapas, Quintana Roo y Tabasco, así como en diferentes países de América del Sur. Los indígenas de México lo usaban antiguamente para tratar la ansiedad, la fiebre y la tos.
También utilizaban la planta para la conservación de los alimentos y cadáveres por lo que era colocado en las tumbas, y para la pesca, ya que las maderas aromáticas de este árbol atraen a los peces. Los pueblos prehispánicos lo considerado una “bebida de los dioses ” por lo que solo los gobernantes podían tomarla.
Sincuichi (Heimia salicifolia)
Conocida también con el nombre de hierba de los espíritus, es obtenida de un arbusto que llega a crecer hasta 2,50m de hojas verdes y flores amarillas. Los antiguos mexicanos la usaban para la adivinación, ya que permite recordar eventos pre-natales y revivir eventos vividos hace muchos años. Su origen es en Sudamérica, de Mexico hasta Argentina. Por otra parte se dice que es un alucinógeno auditivo ya que los sonidos son déformados y parecen venir de lejos.
El ritual de Xochipilli
En las escuelas mexica, los Calmecac, tenía lugar una ceremonia ofrecida a Xochipilli. Once niños, todos hijos de nobles, en círculo y con cantos daban tres pasos hacia adelante tres pasos hacia atrás, seis veces, al mismo tiempo que ataban graciosamente sus manos. Un niño arrodillado frente al fuego que ardía en el altar oraba silenciosamente y otro niño permanecía parado en la entrada del templo haciendo guardia y debía celebrarse la primera noche que apareciera en el cielo la fina hoz plateada de la Luna Nueva.
Por otra parte la religión náhuatl celebraba la fiesta Xochihuitl, en la cual durante cuatro días antes era obligatorio comer solamente panes de maíz sin sal una vez al día y dormir separados de sus mujeres los casados. Al quinto día el pueblo ofrecía a Xochipilli danzas y cantos acompañados de Teponaxtli y tambores, con flores recién cortadas y panes con miel de abejas, en los cuales se ponía una mariposa de Obsidiana, símbolo del alma del creyente.
Xochipilli moraba con Xochiquetzalli en Tamoanchan deposito de las aguas universales de vida un lugar paradisíaco alfombrado de flores, de ríos y fuentes azules, donde crece el Xochiticacan, árbol maravilloso.
Asimismo era representado llevando un talismán conocido como oyohualli que era un pendiente con forma de lágrima de madreperla.