Esto se debe a la existencia de un tetzacualco (adoratorio) en medio de un estanque natural que produce un efecto óptico en el espejo de agua, del que pareciera que emana la estructura.
Lo que sugiere que el lugar es la representación de un espacio y tiempo primigenio, un modelo miniatura del universo.
El adoratorio mesoamericano está hecho a base de piedras apiladas, pero sin ningún tipo de cementante, y medidas aproximadas de 11,5 x 9,8 metros.
Popocatépetl y La Mujer Dormida: leyenda de los volcanes enamorados
Asimismo, en la zona de investigación se pueden apreciar las esquinas y los arranques de los muros, además de algunos montículos de rocas que lo rodean.
Por otra parte, la intención de que el agua rodeara elementos arquitectónicos rituales específicos parece haber sido una parte importante dentro del pensamiento mesoamericano, como lo vemos en Tenochtitlán, o en la Ciudadela, en Teotihuacán, de acuerdo a la arqueóloga Iris Hernández, de la Subdirección de Arqueología Subacuática (SAS) del INAH
La investigadora confirmó que el ‘tetzacualco’ se construyó durante la época prehispánica en el estanque estacional que se encuentra en Nahualac, ubicado a 3.870 metros sobre el nivel del mar.
Dos estructuras
Cabe destacar que Nahualac consta de dos áreas, además del adoratorio ubicado dentro del estanque, a 150 metros al sureste de distancia de este se ha encontrado un área de un amplio valle donde brotan manantiales, aquí han aparecido piezas cerámicas con elementos decorativos asociados a Tláloc, deidad de la lluvia.
Todo sobre Tláloc, dios de la lluvia al que nos seguimos encomendando
Aunque el culto a Tláloc es evidente, no es exclusivo, ya que también existen relaciones con las entidades femeninas del agua y la tierra.
Con todas estas evidencias encontradas explican que existió un control del agua que emana de los manantiales cercanos para conducir el líquido vital al estanque y con esto provocar un efecto visual que da la sensación que el ‘tetzacualco’ flotara sobre un espejo del agua, que a su vez refleja el pasaje circundante.
Esto hace suponer a los investigadores que Nahualac pudo haber sido una representación de un microcosmos que evoca a las aguas primigenias y el inicio del tiempo-espacio mítico.
De acuerdo a mitos mesoamericanos sobre la creación del mundo Cipactli (el monstruo de la tierra) flotaba sobre las aguas primigenias y a partir de su cuerpo destazado por Quetzalcóatl y Tezcalipoca se creó el cielo y la tierra.
La batalla de Quetzalcóatl y Tezcatlipoca contra Cipactli para crear el mundo
Asimismo el entorno natural que rodea el estanque también guarda un vínculo cercano con los significados rituales del espejo y la representación de los cuatro rumbos del universo, cuyo centro manifiesta el punto de encuentro entre los planos cósmicos.
Ometéotl: la evolución espiritual en la cosmovisión de Mesoamérica
Este descubrimiento es parte de los hallazgos que comenzaron los trabajos del Proyecto Arqueológico Nahualac, en 2016, el cual inició a partir de una denuncia de destrucción del lugar, en 2015.